Cuando era poco más que una adolescente, Hana se enamoró de un Hombre
Lobo. Puede parecer extraño, pero durante trece años fueron inmensamente
felices, y tuvieron dos hijos: Yuki y Ame, que nacieron también con la
capacidad de convertirse en lobos. Tras la repentina muerte de su
esposo, Hana decide mudarse al campo para así criar a sus hijos en un
entorno tranquilo, donde sus extraordinarias facultades no sean
descubiertas. Sin embargo, al crecer, Yuki y Ame deberán decidir si
quieren vivir como humanos o como lobos.