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27 marzo 2017

Taboo

Londres, 1814. Horace Delaney, un antiguo armador que ha estado sumido en sus últimos años bajo aparentes ataques de locura, fallece. En su funeral su hija Zilpha recibe la petición de pagar a los enterradores un extra para enterrar a su padre más profundo y evitar que los ladrones de cuerpos no lleguen hasta el cadáver antes del amanecer. En ese momento los murmullos se multiplican tras ella. “¡Santo Dios! Por ahí entra un muerto” escucha antes de ver a su hermanastro, James Keziah Delaney, dado por muerto tras viajar a Africa y no haber recibido noticias suyas en los últimos diez años. El abogado de su difunto padre, informa a James de su herencia “Su único legado es un regalo envenenado, es un pequeño territorio costero, al otro lado del mundo, que tu padre poseía por un tratado con una tribu Nutka, un páramo. Si América fuera un cerdo que mira hacia Inglaterra, estaría en el culo del cerdo. No hay más que piedras e indios.” Esa franja de tierra, de donde era originaria su madre, es el objetivo estratégico de tres bandos, la Corona Británica, la Compañía de las Indias Orientales y de los recien creados Estados Unidos. Con catorce diamantes en su bolsillo y un elaborado plan en su cabeza, James intentará hacer frente a esos tres colosos...

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