Harry Potter y la Orden del Fenix

Quinta entrega cinematográfica de la saga (ya solo quedan dos) y al igual que en la saga literaria se produce un punto de inflexión. Definitivamente Harry Potter deja la infancia y se convierte en un adolescente que además de los típicos problemas de un chico de su edad tiene una carga casi insoportable debido a los designios del destino. El elegido, aquel que sobrevivió, el nombre hecho leyenda, el que acaba de ver morir a un compañero y amigo se encuentra de la noche a la mañana desprestigiado, difamado, calumniado y por encima de todo se ve abandonado por su hasta entonces mentor y mejor apoyo Albus Dumbledore. Todo esto unido al intento de aquel-que-no-debe-ser-nombrado de confundir su mente hace que se agrie su caracter, que se encuentre deprimido y malhumorado, abrumado ante su responsabilidad. Para mi todo esto que acabo de exponer es la esencia de esta quinta entrega. Y en la película todo esto se refleja eficazmente, coincido con muchos en que la trama de misterio no es brillante, que no hay sucesos impactantes, que falta ese acto de heroismo/suerte/destino de historias anteriores pero es que estamos en plena transición hacia la resolución de la historia, con una guerra abierta y definitiva donde un niño-mago no hubiese tenido ninguna posibilidad, ahora el muchacho-mago curtido en cien batallas, sabiendo que es dolor y la perdida, cuanto hay en juego y con el apoyo de sus inseparables amigos (y el de la Orden del Fenix) poco a poco va igualando las probabilidades de éxito. Por tanto este quinto capítulo era necesario para dar una vuelta de tuerca a todo lo que se cuece, la historia y los personajes se van haciendo adultos a la par, se pierde espectacularidad y asombro pero se gana en consistencia y calidad de la historia. Ante un reto tan dificil, los dos medios, literario y cinematográfico han salido (bajo mi modesta opinión) airosos y me siento más que satisfecho. Y auguro que las dos películas que nos quedan van a ser increibles y espectaculares en todos los sentidos. Tan solo nos queda esperar con mágica paciencia...