"En un sorprendente Shangai del futuro, un acaudalado neovictoriano hace fabricar un manual informatizado para la educación de su nieta Elizabeth. El manual es completamente interactivo y se adapta automáticamente a las necesidades de su lector. Hackworth, el ingeniero que lo fabrica, decide sacar una copia de ese prodigio de la nanotecnología para usarlo en la educación de su hija Fiona. Lo hará con la ayuda del Dr. X, un hacker chino que parece tener otras ideas para el posible uso de ese manual tan especial. De retorno a su enclave neovictoriano, hackworth es atacado por una pandilla de 'tetes' desarrapados y el manual original acabará educando a la pequeña Nell, una niña china pobre."
Neal Sthepenson es un autor un tanto "dificil" para las grandes masas, con esto quiero decir que su estilo (no su contenido), complejo, erudito y ciertamente farragoso, está muy alejado de la simplicidad narrativa de otros autores ganadores del Premio Hugo como Isaac Asimov, Robert A. Heilein o más recientemente Lois McMaster Bujold, escritores/as más afines a mi gusto literario. Pero lo que pierde en frescura lo compensa con originalidad y profundidad de planteamientos. En esta novela, La Era del Diamante, trata temas y conceptos tales como nanotecnología, inteligencia artificial, antagonismo cultural oriente/occidente, el fin de los estados y por consiguiente de las fronteras, la educación infantil o la mente colmena. Quizás chirrie un poco el adelanto tecnológico en el que se basa la novela el "Compilador de materia" que raya en lo mágico y se aleja de lo científico. Un gran acierto de la novela es todo el trasfondo neovictoriano y como se impuso esa corriente desde finales del siglo XX. Interesante también la dualidad de la novela mostrando los hechos que ocurren en el mundo real mezclados con los sucesos fantásticos que narra el Manual ilustrado para Jovencitas a modo de espectacular aventura rolera en la que está inmersa la protagonista Nell, aunque creo que el autor abusa en exceso en algunos capítulos de ese mundo onírico. Todo va derivando con mayores o menores rodeos hacia un final que no podía ser de otra manera y que deja al lector posteriores secuelas imaginarias. Es por tanto una novela muy recomendable a pesar de que su lectura requiera cierta dosis de esfuerzo y paciencia. Sin ese lastre de estilo (sin el cual supongo que el autor no sería quien es) estariamos ante una obra aún más redonda, pero siguiendo las doctrinas confucionistas de algunos de sus protagonistas el que no se conforma/alegra/sumerge es porque no quiere...
Neal Sthepenson es un autor un tanto "dificil" para las grandes masas, con esto quiero decir que su estilo (no su contenido), complejo, erudito y ciertamente farragoso, está muy alejado de la simplicidad narrativa de otros autores ganadores del Premio Hugo como Isaac Asimov, Robert A. Heilein o más recientemente Lois McMaster Bujold, escritores/as más afines a mi gusto literario. Pero lo que pierde en frescura lo compensa con originalidad y profundidad de planteamientos. En esta novela, La Era del Diamante, trata temas y conceptos tales como nanotecnología, inteligencia artificial, antagonismo cultural oriente/occidente, el fin de los estados y por consiguiente de las fronteras, la educación infantil o la mente colmena. Quizás chirrie un poco el adelanto tecnológico en el que se basa la novela el "Compilador de materia" que raya en lo mágico y se aleja de lo científico. Un gran acierto de la novela es todo el trasfondo neovictoriano y como se impuso esa corriente desde finales del siglo XX. Interesante también la dualidad de la novela mostrando los hechos que ocurren en el mundo real mezclados con los sucesos fantásticos que narra el Manual ilustrado para Jovencitas a modo de espectacular aventura rolera en la que está inmersa la protagonista Nell, aunque creo que el autor abusa en exceso en algunos capítulos de ese mundo onírico. Todo va derivando con mayores o menores rodeos hacia un final que no podía ser de otra manera y que deja al lector posteriores secuelas imaginarias. Es por tanto una novela muy recomendable a pesar de que su lectura requiera cierta dosis de esfuerzo y paciencia. Sin ese lastre de estilo (sin el cual supongo que el autor no sería quien es) estariamos ante una obra aún más redonda, pero siguiendo las doctrinas confucionistas de algunos de sus protagonistas el que no se conforma/alegra/sumerge es porque no quiere...
1 comentario:
Saludos...he encontrado tu interesante Blog tal vez por equivocación uno nunca sabe adonde lo dejan estas barcazas navegantes de la web, debo decirte que he conseguido curiosas ilustraciones y demás en este lugar muy ameno, sigue así
PD:(un comentario nunca esta demas)
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