
El curioso titulo del articulo viene por la demostrada habilidad que posee el mutante
Apocalipsis en el uso de la genetica, este tipico villano de los X-Men tiene como maxima la supervivencia del mas apto y para ello no duda en manipular los genes de cualquiera para extraer su maximo potencial. Aparte claro esta de que despues te manipula para que pases a formar parte de los
Jinetes del Apocalipsis para devolver el favor. Un caso claro como podemos ver en las imagenes es el de
Caliban que era un mutante escualido y escuchimizado con el unico poder de detectar a otros mutantes que acabo hecho un cachas capaz de levantar hasta 5 toneladas y capaz de infectar enfermedades mortales a sus enemigos.

Otro caso llamativo es el de
Angel, nuestro amigo Warren Worthington III que fue miembro de la Patrulla X original, era un buenazo que volaba como alegre pajarillo y que se limitaba muchas veces a salvar de caidas abismales a sus compañeros. Era un rico heredero, playboy, mujeriego y el alma de las fiestas. Fue caer en las manos de
Apocalipsis y transformarse en una maquina de matar, avida de venganza, con unas alas metalicas que pueden transformarse en letales cuchillos. Su vida social al traste y sobre todo multiples conflictos con sus compañeros debido a su drastico cambio de personalidad.

Por ultimo tenemos al amigo Logan
Lobezno que despues de su recordado enfrentamiento con
Magneto y la perdida de su esqueleto de adamantium (el metal mas fuerte del universo marvel) iba como perdido, sin rumbo, dando tumbos sin un objetivo claro a seguir, convertido en casi una bestia andante. Lo pillo
Apocalipsis en sus horas bajas y como buen manipulador lo obligo a hacer su voluntad, tras pasar una especie de examen contra
Dientes de Sable y salir victorioso,
"En Sabah Nur" (nombre egipcio original de apocalipsis) lo convirtio en su Jinete mas sanguinario
Muerte no sin antes devolverle su añorado esqueleto de adamantium. Logan como siempre logro salir de esta encrucijada y continuar con su vida comiquera, pero eso forma parte de otra historia...
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